La teología, desde sus orígenes hasta nuestros días, prácticamente, ha sido pensada y transmitida desde la perspectiva del género masculino. La Iglesia, ha reflejado y perpetuado la posición subalterna, dependiente, sumisa, que la sociedad históricamente ha reservado para la mujer, alejándola de los foros de reflexión y de la toma de decisiones. Nos atrevimos a considerar, como primera hipótesis de esta investigación, que la vida conventual femenina ha servido, entre otros motivos, para recluir y ocultar a la mujer; si bien desde los diferentes foros eclesiales se ha valorado la función de las religiosas a través de su vida contemplativa (orar por el mundo), nadie puede cuestionar, que con el alejamiento de la sociedad se ha consegu...